Hace 17 años un delantero llamado Stojadinovic dejó al Murcia en Segunda con dos goles que dieron el ascenso al Depor. Ayer, otro delantero, este balear y de nombre Xisco, marcó tres goles de cabeza que probablemente condenen a los grana a un nuevo descenso y mantengan un año más a los coruñeses en Primera. Los de Lotina sumaron ayer su cuarta victoria consecutiva en casa y tienen ya un colchón de cuatro puntos con el abismo. Los de Clemente, que ahora ven el 4-0 al Espanyol como un espejismo pasajero, tienen un muro a escalar hasta la salvación: siete puntos en ocho partidos.
La puesta en escena no pudo ser más vibrante. Aquino, un muchacho imberbe con rango de general, puso un milimétrico centro desde la izquierda de muchos quilates. Cuando todos esperaban el martillo que Iván Alonso tiene en la cabeza, apareció De Lucas, que con un gran giro de cuello clavó el 0-1 y dio argumentos para aquellos que subliman a los cabeceadores por la plasticidad de sus goles. Raúl ya es la sombra de Santillana, pero aquella forma de suspenderse en el aire está por encima de estadísticas.
El premio le llegó demasiado pronto al Murcia, o eso debieron pensar sus jugadores, que con 88 minutos por delante, entregaron el balón y... a rezar. La desapacible tarde con la que ayer recibió A Coruña al Murcia, se trasladó al terreno de juego, porque las ocasiones blanquiazules llegaban como un diluvio. Carini paró las primeras lluvias con dos intervenciones de reflejos ante Filipe y Xisco. Luego fue Wilhelmsson, que en un acrobático remate, mandó fuera el balón. El aluvión lo cerró Coloccini, que remató forzado a puerta vacía.
La tormenta no cesaba y tenían que llegar los rayos y truenos. Fue en el minuto 22, en el que Wilhelmsson se aprovechó de un claro fuera de juego para asistir a Xisco, que con una fortuna que indicaba que ayer iba a tener su tarde, marcó de rebote. Gol ilegal, pero que se veía venir ante la incomprensible renuncia del Murcia al balón (el Deportivo terminó el primer tiempo casi el 70% de posesión).
A cabezazo limpio. El gol del delantero balear tranquilizó el hambre de triunfo de los coruñeses, que aplicaron aquello de que después de la tempestad llega al calma. El control era del Deportivo, que tras un fútbol dinámico conducido por Wilhelmsson, Lafita y De Guzman, descubrió que el Murcia es posiblemente el equipo más débil en el juego aéreo de Primera (al menos, ayer). Cada falta lateral, cada falta frontal y cada córner, era sinónimo de peligro. Los laterales granas cometían el error de hacer las faltas, y Cuadrado y Ochoa no sabían si marcan a Pablo Amo, a Xisco, a Coloccini o a Lopo, que lograba en el primer tiempo un gol en fuera de juego, esta vez bien anulado por Fernández Borbalán.
Publicado por Freddy en 0:04
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