Todo le sale bien a Atlas

En el duelo de los símbolos, Andrés Guardado le dio suerte al Atlas, por encima de Diego Armando Maradona, ayer también en la tribuna del Jalisco, como un hincha más del Boca Juniors.

Pero en la cancha, la imagen de Bruno Marioni golpeó doble en la moral de su ex equipo y encaminó a los Rojinegros rumbo a la clasificación, al tiempo que complicó el camino xeneize en la Copa Libertadores 2008.

Un par de goles del artillero argentino del Atlas dejó boca abajo al conjunto sudamericano, luego de que los tapatíos soportaron un primer tiempo en el que Boca mereció cosechar una cómoda ventaja.

Por eso, el 3-1 en el pizarrón resultó demasiado para el orgullo boquense, roto por sus propios errores y sorprendido por la calidad de Marioni, quien —a diferencia de Martín Palermo— no perdonó a la hora buena.

La fortuna sonrió desde un inicio al plantel anfitrión. En el minuto 21, Gerardo Flores recibió un pase de Centurión y tras darse la vuelta sacó un cañonazo cruzado de pierna derecha que desvió Julio César Cáceres, pero sólo para impulsar el balón en su propia portería.

Lo malo es que unos minutos después el Atlas perdió a Jorge Achucarro, quien salió lesionado de la rodilla derecha.

Ese factor golpeó anímicamente a los Zorros, quienes perdieron la media cancha con Boca y fueron superados ampliamente por el peso del poderoso adversario.

Bajo esas circunstancias, pronto llegó el empate. En el minuto 29, Claudio Morel apareció solo por el carril izquierdo y ensayó un centro fuerte que pasó entre toda la zaga local y a segundo poste cerró la pinza Sebastián Battaglia.

El toque de balón del Boca hizo ver mal a los atlistas y el concierto de llegadas debió darle al menos un par de goles de ventaja antes del descanso.

Así, al 37’, el club xeneize orquestó un peligroso contragolpe, el balón fue a pasar en los pies de Rodrigo Palacio y éste sacó centro que dejó solito a Leandro Gracián, pero titubeó y disparó a un ladito del poste izquierdo de Jorge Bava, en mano a mano.

Peor aún, al 45’, un nuevo centro por izquierda rebasó a toda la zaga rojinegra, y cuando parecía que Martín Palermo anotaría, solito, sin problemas, el balón se le escurrió, en una pifia bárbara.

Transformado, el Atlas mejoró en el complemento, gracias al olfato goleador de Bruno Marioni.

En el 53’, Centurión procuró un centro desde la banda derecha, Maidana falló en el rechace y Bruno fusiló sin piedad.

Luego, al 75’, Rergis encontró a Marioni y este cruzó a Caranta, que arañó el balón pero no evitó la anotación final.

Y en la tribuna, Maradona quedó sumergido en su asiento y Guardado celebró la fortuna